Sacrosanta división que tenemos los humanos que de la voluntad nacen todas nuestras carencias, pero también todas nuestras grandes aspiraciones. Sentados nos lamentamos acerca de aquello que no vemos y al mismo tiempo nos regocijamos con los planes a futuro. La voluntad es un viento que ciertas mañanas se antoja refrescante y diáfano y en otras se manifiesta escarlatino y ardiente. De carencias y vacantes el alma humana se explora en los rincones más álgidos de nuestros deseos. Sueños opalinos nos acarrean a alargabicas disquisiciones. Mares voluptuosos tientan nuestra gallardía.
Terrible y noble maldición esta que ha recibido el hombre que con aquello mismo que se leva se condena. Que vuelve el carbón más negro en el brillante más prístino y que vuelve el alma inmortal en pútrido gusano.
Terrible y noble maldición esta que ha recibido el hombre que con aquello mismo que se leva se condena. Que vuelve el carbón más negro en el brillante más prístino y que vuelve el alma inmortal en pútrido gusano.
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