miércoles, 30 de abril de 2008

La ironía

La ironía es la perfección del ingenio, una convergencia de intención y de sonrisa, aguda en la oportunidad y justa en la medida; es un cronómetro, no anda mucho, sino con precisión.[1]


[1] Cf. Ídem Pág. 82.

martes, 29 de abril de 2008

Estabilidad

Sin los mediocres no habría estabilidad en las sociedades; pero sin los superiores no puede concebirse el progreso, pues la civilización sería inexplicable en una raza constituida por hombres sin iniciativa. Evolucionar es variar; solamente se varía mediante la invención.[1]


[1] José Ingenieros: El hombre Mediocre, México, EPOCA, 1967, Pág. 59.

El hombre mediocre

Ideal es un gesto del espíritu hacia alguna perfección. [1]

[1] José Ingenieros: El hombre Mediocre, México, EPOCA, 1967, Pág. 19.

viernes, 18 de abril de 2008

A los perros....

"Hay días que quisiera ser un emperador romano. Dentro de todas las cosas que podría hacer siendo un Dios la que más me llama la atención es poder ordenar la ejecución de cientos de persona y aun así sentir que no estaría haciendo mal, pues yo soy un Dios y los dioses no se equivocan. Lo haría indiscriminadamente, niños, ancianos, mujeres, hombres, animales, estatuas, edificios, etc…

-Pero es su hijo, mi señor

-¿Y?

-No, nada señor. Como usted ordene.

-Claudio, de una vez que maten a este incompetente.

Las ejecuciones serian todo una instalación. Primero se repartiría vino y viandas a todos los asistentes. Una vez que Baco poseyera a los invitados también dentro de ellos se elegirían a unos cuantos para ser ejecutados. Nadie podría saber si sería verdugo o victima.

Menús de cómo pueden ser asesinados los prisioneros se reparten entre los invitados y cada cual tiene tres platillos para elegir. Una vez que se han elegido las tres maneras en que quieren ver morir a sus respectivas victimas estos son llevados a punta de azotes frente a una fila de butacas dispuestas en semicírculo. A cada lado de los invitados hay dos esclavos con drogas y bebida. Se espera la influencia de las musas para comenzar la representación.

Mientras el actor es amarrado al centro de aquel medio círculo un carro con los instrumentos de suplicio es dispuesto a unos cuantos pasos de las butacas. Los invitados pueden con sus propias manos ajusticiar o pueden pedirle a los esclavos que lo hagan ellos. Las ejecuciones son calificadas por el número de aplausos que reciben. Entre más sádico y más sufrimientos se le hacen pasar al actor, más aplausos recibe el ejecutor.

Una vez terminada la exposición los muertos son cortados y dispuestos para ser asados. Son preparados de manera exquisita y siempre servidos con vino. Al final las cabezas de las victimas son echadas a los perros."[1]
[1] Oscar Damasco: Obras Estéticas, Pléyade, España, 1965, Pág. 167.

jueves, 17 de abril de 2008

Pulsión de muerte

Tomemos la noción freudiana de la “pulsión de muerte”. Hemos de abstraer por supuesto el biologismo de Freud: “pulsión de muerte” no es un hecho biológico, sino una noción que indica que el aparato psíquico humano está subordinado a un automatismo de repetición ciego más allá de la búsqueda de placer, de la autoconservación, de la conformidad del hombre con su medio. El hombre es- Hegel dixit- “un animal enfermo de muerte”, un animal extorsionado por un insaciable parásito (razón, logos, lenguaje). Según esta perspectiva, “la pulsión de muerte”, esta dimensión de radical negatividad, no puede ser reducida a una expresión de las condiciones sociales enajenadas, sino que define la condition humaine en cuanto tal. No hay solución ni escape, lo que hay que hacer no es “superarla”, “abolirla”, sino llegar a un acuerdo con ello, aprender a reconocerla en su dimensión aterradora y después, con base en este reconocimiento fundamental, tratar de articular un modus vivendi con ello.[1]

[1] Slavoj Žižek: El sublime objeto de la ideología, México, Siglo Veintiuno Editores, 2007, Pág. 27.

domingo, 6 de abril de 2008

Pipa

Las volutas de humo se desvanecen poco a poco sobre mi cabeza mientras las hojas de La Raza Cósmica pasan sobre los bordes de mis dedos. Trato de leer cada vez más pero el sólo hecho de fumar pipa hace que mi atención divague durante algunos momentos. Cuanta razón tenías al afirmar que si uno fuma de verdad no tiene tiempo para nada más. Carlos Llano dice que fumar no es del todo malo pues aun cuando es desastroso para el cuerpo es benéfico para los nervios. No se si estoy de acuerdo con él pero al menos se que fumar me hace entrar en estado cuasi místico. Observar las circunvoluciones y trapesisticos movimientos del humo entonan al cuerpo en la sintonía adecuada par cualquier tipo de rapto místico.

Pienso en ti, en aquellas tardes en el jardín fumando pipa. La elegancia con que tomabas la pipa, como expelías aquel excelso olor a tabaco. Las horas de plática bajo el sempiterno nublado del cielo de la ciudad. Tu risa mordaz y tus comentarios ácidos. Todo viene a mi memoria, no en tropel como siempre me sucede sino que los recuerdos vienen despacio, listos para ser plasmados en palabras.

La añoranza de aquellas pláticas que podían durar horas sin menguar en intensidad, los bríos con que discutíamos los temas más espinosos que dos cofrades pueden discutir. Las risas y las groserías saliendo de tu boca, siempre precisas y mortales. El sabor de tabaco que recorre mi boca y que se filtra a cada rincón de mí ser.

Hay una frase del ensayo de Vasconcelos que me hace pensar en ti todavía más.

“Queda, sin embargo, por averiguar si la mezcla ilimitada e inevitable es un hecho ventajoso para el intercambio de la cultura o si, al contrario, ha de producir decadencias, que ahora, ya no sólo serían nacionales, sino mundiales.”

Me recuerda esa ansia tuya por leer todo sobre el Holocausto, por saber si la racionalidad instrumental es aquello que nos salva y nos condena al mismo tiempo. En aquel texto que comentábamos el otro día sobre Horkheimer y Adorno yo no hallo solución a ese problema. Tal vez sea porque una crítica a este tipo de modernidad, hecha desde los mismo términos en que ella se desenvuelve, tiene la desventaja de no poder trascender sus límites y por lo tanto condenarse a una aporía.

Hace unos días, cuando visitaba la exposición sobre Buda Guanyin, me venían a la memoria las criticas que Schopenhauer hacía a Hegel ya su sistema y por lo tanto a la modernidad completa. Tal vez la solución este en esa versión Oriental de la filosofía, tal vez…

Termino la carga de tabaco y ahora sí puedo seguir con mi lectura.
Saludos.

jueves, 3 de abril de 2008

Disciplina

"La disciplina es una anatomía política del detalle."

Michel Foucault: Vigilar y Castigar, México,Siglo XXI, Pág. 143.