De manera que si he traicionado a mi país se me encierra, si he matado a mi padre, se me encierra; todos los delitos imaginables se castigan de la manera más uniforme. Me parece estar viendo a un médico que para todos los males tiene el mismo remedio.”[1]
[1] Michel Foucault: Vigilar y Castigar, México, Siglo Veintiuno Editores, 2005, Pág.120-121.
1 comentario:
A propósito, ya que tal es el caldo, ¿no os parece que más de algún intelectual debía estar encerrado? Zizek y Fuckould, entre otros. ¿No? Se está haciendo posmoderno, ¿por qué no vuelve usted, señor, a Pitágoras?
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