domingo, 29 de abril de 2007

El arte de esperar

Para ser feliz uno debe aprender a esperar de una manera adecuada. La espera es la acción por la cual uno esta en el limbo de recibir cierta información, o cosa, de alguien más. Aunque se pueden esperar ciertas cosas de uno mismo estas serán tratadas en otro momento, ahora sólo trataremos la espera respecto de terceros. La manera inadecuada de esperar cualquier cosa es demostrar que uno esta esperando algo. Para esperar adecuadamente uno no debe de aparentar que esta esperando, de manera que si todo sale bien uno podrá seguir con el curso natural de la acción y si todo sale mal uno no se vera afectado, pues el estado anímico es el de aquel que no espera. Para ser feliz debes tomar como dogma de fe que tú eres el más importante y la espera es una nimiedad comparada con tu grandeza.
[Quien más feliz que el judío errante]

jueves, 26 de abril de 2007

El Secreto, en teoría

[Para llevar una vida feliz se debe tener bien claro que es un secreto y como manejarlo]


Hoy a la mitad del día recordé un secreto que guardo desde hace tiempo. Que bonito secreto es aquel que guardo en mí ser. Tibio y calido como un abrazo pero al mismo tiempo es punzante y mordaz como el pecado mortal. Me deleite un poco en él y lo regrese a su lugar dentro de mi mente. Seguí haciendo mis cosas rutinarias del día, pero el haberme acordado de este secreto me llevo a reflexionar un poco sobre que es un secreto y a esta conclusión fue a la que llegue.

Un secreto es un tipo de información cuyo estatuto fundamental es el estar limitado en un área espacio temporal a ciertas personas que tienen la competencia o relevancia para tener acceso a dicha conocimiento. La competencia o relevancia de dichas personas, para tener acceso al secreto, se basa en un juicio subjetivo por parte de aquel que tiene la información o entre aquellos que la comparten. No decimos que sea un juicio objetivo porque no hay una regla universal que permita saber quienes son aptos para conocer esta información, la realidad del secreto resulta tan multiforme que la aplicación del juicio subjetivo se debe conformar respecto a un elemento casuístico. En general los secretos son justamente para tomar distancia frente a aquellos que pueden mirar la situación de un mejor modo. Debemos tener siempre en mente que lo fundamental de un secreto es que la información debe estar restringida, pues si de hecho se diera lo contrario no sería un secreto sino un dato de acceso público. Un secreto es un escape de la realidad donde nosotros somos dueños del destino.
(Como conejo tengo mucho tiempo libre.)

miércoles, 25 de abril de 2007

Ese soy yo, no el señor gordo y feo.

El arte de ser feliz

Arthur Schopenhauer

Regla Número 1

Todos hemos nacido en Arcadia (Alusión al poema “Resignación” de Friedrich Schiller), es decir, entramos en el mundo llenos de aspiraciones a la felicidad y al goce y conservamos la insensata esperanza de realizarlas, hasta que el destino nos atrapa rudamente y nos muestra que nada es nuestro, sino que todo es suyo, puesto que no sólo tiene un derecho indiscutible sobre todas nuestras posesiones, sino además sobre los brazos y las piernas, los ojos y las orejas, hasta sobre la nariz en medio de la cara. Luego viene la experiencia y nos enseña que la felicidad y el goce son puras quimeras que nos muestran una ilusión en las lejanías, mientras que el sufrimiento y el dolor son reales, que se manifiestan a sí mismos inmediatamente sin necesitar la ilusión y la esperanza. Si esta enseñanza trae frutos, entonces cesamos de buscar la felicidad y el goce y sólo procuramos escapar en lo posible al dolor y al sufrimiento. “El prudente no aspira al placer, sino a la ausencia del dolor” [Aristóteles, Ética a Nicómaco, VII, 11, 1125b 15] Reconocemos que lo mejor que se puede encontrar en el mundo es un presente indoloro, tranquilo y soportable: si lo alcanzamos, sabemos apreciarlo y nos guardamos mucho de estropearlo con un anhelo incesante de alegrías imaginarias o con angustiadas preocupaciones cara a un futuro siempre incierto que, por mucho que luchemos, no deja de estar en manos del destino. Acerca de ello: ¿Por qué habría de ser necio procurar en todo momento que se disfrute en lo posible del presente como lo único seguro, puesto que toda la vida no es más que un trozo algo más largo del presente y como tal totalmente pasajera?